En España acabamos de entrar en el otoño.
Si te gusta pasear por la naturaleza y observar a tu alrededor, comienzas a ver que está terminando un ciclo y comenzando otro: las hojas empiezan a caer de los árboles, los colores se tiñen de naranjas, ocres y marrones, las aves comienzan a emigrar y tú te sientes con la necesidad de recogerte…
El otoño invita precisamente a eso, al recogimiento, la reflexión y a PRACTICAR EL DESAPEGO, que va a ser el tema central del artículo de hoy.
EL OTOÑO Y EL DESAPEGO
Muchas personas viven en la ciudad y, entre prisas, tecnología, circulación y otros asuntos propios de las urbes, se olvidan del momento del año en que están viviendo. Es, sin embargo, muy importante que seas consciente de ello, para que puedas estar en sintonía y armonía con la naturaleza, no solo externa sino también interna: tu cuerpo, tus emociones y tus pensamientos.
Ahora, no vas a sentirte emocionalmente igual que en pleno verano, donde el sol, el agua y la vitalidad están a flor de piel.
Tus biorritmos cambian y comienzas a experimentar nuevas sensaciones más acordes a la falta de luz y al frío.
Tal y como te he comentado en artículos anteriores https://finaesclapez.com/astenia-otonal-las-emociones-y-el-cambio-de-estacion/, https://finaesclapez.com/sindrome-post-vacacional-vuelta-al-trabajo/, tu cuerpo se prepara para estar más tiempo recogido, hacia dentro y, un estado melancólico se apodera de ti.
Al igual que los árboles comienzan a desprenderse de lo que no es esencial, para evitar un consumo de energía en los largos días de invierno, es el momento propicio para que comiences a desapegarte de todo lo que “te consume energía” de manera innecesaria.
EN OTOÑO SUELTA LO QUE NO NECESITES
Al igual que caen las hojas, puede ser la época perfecta para desprenderte de todo lo material que no usas ni te hace falta y que, sin embargo, ocupa espacio, así como de comportamientos, pensamientos erróneos, actitudes e incluso, personas que pueden estar intoxicando tu vida y no te permiten avanzar.
Eso sí, suelta siempre con agradecimiento y responsabilidad.
¿QUÉ ES EL APEGO?
El apego es una necesitad, dependencia o atadura que puede alcanzar el nivel de obsesión, hacia algo o alguien, y que te impide gozar de bienestar o felicidad.
Puede llegar a ser tan fuerte que genere ADICCIÓN, con lo que tu vida girará, posiblemente, en torno a ella.
No te estoy diciendo que no puedas tener cosas o personas alrededor, para nada.
Lo que quiero decir es que se convierte en APEGO cuando hay sufrimiento, tan solo con pensar que podrías perderlo.
Ahí es donde puede limitarte y generar miedo, ira, estrés e incluso violencia, además de frustración, decepción o depresión.
¿Qué apegos son los más habituales?
A lo largo de tu vida vas a ir apegándote y desapegándote de distintas cosas y personas.
En la niñez o la adolescencia, puedes apegarte a las amistades de tal manera que, incluso, pueden condicionarte a estudiar determinada carrera o universidad.
También a un primer amor o a un amor platónico que se vuelva obsesivo y que te haga pasar horas pensando en conquistarlo y si serás correspondido.
Cuando eres adulto, a un trabajo estable que, te guste o no, te permite sobrevivir, dejando a un lado tu propia felicidad mientras te quejas y frustras.
A una pareja que, aunque se pueda volver tóxica, no abandonarás por miedo a la soledad y a no volver a ser querido.
A una idea o sistema de creencias determinado. Tanto, que incluso puedes llegar a la ira si te llevan la contraria.
A unos planes que has organizado y que si, no salen como esperabas, pueden conducirte a un miedo irracional.
A tu teléfono móvil, Tablet u ordenador. Si un día se te olvida en casa, vuelves a por él porque sientes incluso temor si no estás “conectado”
A la familia, pudiendo incluso dejar pasar oportunidades laborales fuera de tu entorno por no “abandonarlos”, escoger un trabajo porque es del gusto de ellos o hasta una pareja de acuerdo a sus criterios.
SAL DE TU ZONA DE CONFORT
Un día te das cuenta de que necesitas cambiar y soltar cosas en tu vida, pero, en ese momento tu personalidad o ego empieza a enviarte mensajes de temor, dudas, incertidumbre…eso es que ¡estás en el buen camino!
Y es que, cambiar te hace salir de esa “zona de confort” en la que te sientes seguro, en el que has aprendido a sobrevivir, a estar cómodo…En este lugar no hay progreso, crecimiento personal y ningún tipo de evolución.
Pero eso sí, es muy “cómodo” para tu personalidad.
Y durante un tiempo está bien, aunque llega un momento en que comienzas a sufrir y a sentir un vacío que no sabes por donde agarrar.
EL DESAPEGO COMO LIBERACIÓN EMOCIONAL
El desapego, dentro del crecimiento personal, es clave para dar un paso importante Camino a la Libertad Emocional y a la FELICIDAD.
Has de ser capaz de salir de esa zona de confort para dejar de vivir con el miedo de perder cosas o personas a las que te aferras en exceso.
La felicidad consiste en no temer.
Es posible que creas que las posesiones materiales pueden darte la felicidad, sin embargo, LA FELICIDAD ES UN ESTADO INTERIOR DE CALMA Y BIENESTAR.
Nadie ni nada puede darte la felicidad, salvo tú mismo.
Es amar, apreciar e involucrarte desde un punto de vista equilibrado y saludable, sin cadenas que te aten ni limitaciones.
Practicar por lo tanto el desapego, es clave para dar el primer paso hacia ese bienestar.
CLAVES PARA ALCANZAR LA LIBERACIÓN EMOCIONAL A TRAVÉS DEL DESAPEGO
HAZTE RESPONSABLE DE TI MISMO. No sigas echando culpas a nadie, responsabilízate de tus decisiones, de tus actos, de tu vida en general. Reflexiona antes de hacer nada y luego, asume tus decisiones como persona adulta y madura. No culpes a tu jefe, pareja, padres. Sé el responsable de tu vida. Desapégate de la necesidad de aprobación ajena o de las opiniones de los demás. Considérate una persona libre para crear tu realidad y sigue adelante persiguiendo tus sueños y deseos.
Tus necesidades has de cubrirlas tú, no depender de que otros lo hagan por ti, porque pueden tener unas expectativas diferentes a las tuyas y solo te generes insatisfacción y frustración.
VIVE EN EL PRESENTE. La mayoría de personas se centran en lo que les ocurrió en el pasado, que termina convirtiéndose en una carga muy pesada. Desapégate del ayer para hacer una cosa que a veces se te olvida: VIVIR. Es fácil enfrascarse en los problemas laborales, familiares, en pérdidas, fracasos…
Desapégate de heridas emocionales pasadas. Acepta, asume y PERDONA o PERDÓNATE, que a veces es lo más difícil.
CONSIDÉRATE LIBRE Y PERMITE A LOS DEMÁS SER LIBRES TAMBIÉN. Desapegarse no es cortar cualquier vínculo o ser una persona fría emocionalmente, muy al contrario. Es saber dar y recibir sin presiones, sin obligaciones, sin ansiedades. ES PREFERIR SIN NECESITAR.
No necesitas hacerte responsable de la vida de los demás, ni de salvar a nadie que no quiera o pida tu ayuda. El verdadero amor no constriñe, libera. Hay que criar y educar a los hijos para que ellos aprendan sus propias lecciones de vida, que puedan madurar y tomar conciencia de sus emociones, sentimientos y actos.
4-NADA ES PERMANENTE. La vida es CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN, nada perdura eternamente. Como bien dice la frase “lo único que no cambia, es el cambio”. Algunas personas se irán para siempre, los hijos crecen, algunos amigos dejan de serlo, las cosas se rompen o pierden… desapégate de la necesidad de la permanencia, asume la impermanencia de la vida y te será mucho más fácil el desprendimiento cuando llegue.
CONCLUSIÓN
Igual que cae la hoja del árbol y se transforma en humus que alimentará el suelo donde crece el árbol, este otoño intenta desapegarte de todas aquellas emociones, pensamientos, actos y objetos que ya no te hagan feliz para alcanzar la felicidad.
Trata de hacerlo poco a poco, sin prisas y con mucho amor hacia ti mismo.
Si no sabes cómo empezar, trata de apuntarte a algún curso de crecimiento personal, lee libros sobre el tema y si crees que necesitas ayuda profesional, puedes contactarme a través del teléfono o del mail y estaré encantada de concertar una cita profesional contigo.
Y tú ¿Cómo vas con tus apegos?
Déjame tu comentario al final...
Eliana
Hola. Muchas gracias por tus aportes, me han servido de mucho en mi vida personal. Tengo un apego muy grande hacia mis hijas, ellas tiene 27 y 23 años y la menor de ellas ya tiene una niña de 6 años. Las tres viven conmigo y no he sido capaz de rehacer mi vida con alguien más (soy viuda) porque me siento culpable de dejarlas. Ellas ya son profesionales y ambas trabajan y ganan muy bien pero yo sigo llevando la mayor parte de la obligación económica en mi casa. Sigo haciéndoles la vida muy fácil. Actualmente salgo con un buen hombre y él me insiste para que formemos un hogar pero me da miedo salir de mi actual casa y dejar a mis hijas. Tengo 47 años actualmente
Fina Esclapez
Pues creo Eliana que ya es momento de que pienses en tí.
Eres muy joven y tus hijas ya son independientes y pueden resolver sus asuntos, aunque tú estés siempre ahí para ayudarles, si lo necesitan.
Ya has hecho todo como madre por ellas, ahora VIVE y ocúpate de ti misma, y ellas estarán bien de verte feliz.
En ocasiones, si las madres viudas no rehacen su vida…acaban siendo un peso y una carga para los hijos.
Por eso te animo a que rehagas tu vida, disfrutes, viajes y te lo pases bien con ese compañero que es buen hombre.
Es mi sugerencia…ojalá me hagas caso porque todas ganaréis.
Un abrazo!
Luz Patricia Carrillo Encinas
Excelente artículo que nos invita a mirar nuestro interior y empezar a trabajar en el amor propio. Saludos desde Nogales, Sonora, México
Fina Esclapez
Gracias Luz Patricia,
Saludos
Maria Teresa Remon
Gracias Fina en Argentina es primavera.
Estoy pasando un momento dificil con mi mamá de 96 años casi un mes internada ahora en casa con casi internacion domiciliaria…veo que se apaga como una velita y es muy doloroso.
Intento trabajar el desapego..pero cuesta.
Fina Esclapez
Es un momento doloroso Maria Teresa, sin embargo fíjate que ha estado contigo…¡¡96 AÑOS!!!
Da gracias por todo ese tiempo y acepta que ya es hora de partir.
Yo estoy convencida de que desde el «otro lado» nos miran y cuidan.
Si tenemos esa fe, creo que es mucho más llevadero.
Mucha aceptación y ánimos.
Un abrazo y gracias por compartir.