Esta semana hemos celebrado el Día de la Madre y en este post quiero hablarte de la otra cara de la moneda que, en ocasiones, tiene la relación madre - hija.
Y es que en ese día todo son cumplidos y buenos deseos hacia nuestras progenitoras, pero, ¿es siempre así? ¿Has sentido alguna vez ( o muchas) emociones contradictorias respecto a ella, emociones que van del amor al rechazo?
Si es así, sigue leyendo...
La relación madre-hija es fundamental y, a su vez, una de las más complejas que existe, porque además de establecerse entre 2 personas con el más estrecho de los lazos amorosos que pueda existir (la gestación), es entre mujeres.
Todo lo que aprendiste sobre las emociones de pequeño, con el tiempo se verá modificado dependiendo de que seas hombre o mujer.
Así, para los hombres, la relación maternal solo determinará su relación de pareja, sin embargo, para las mujeres, esa relación se convertirá en modelo para su vida y su comportamiento emocional.
En este artículo te propongo analizar la relación madre e hija, desde diferentes puntos de vista y modelo de comportamiento de las madres:
1 El modelo más tóxico: madre Narcicista y su repercusión sobre la hija.
2 Desde el punto de vista de hija: cómo no reproducir en el futuro un modelo maternal tóxico.
3 Desde el punto de vista de madre: aprendo a observarme y reflexiono ¿Soy una madre narcisista?
4 Consejos finales: cómo ser una “buena” madre (buena, no perfecta)
Modelo de madre narcisista y su repercusión sobre la hija
En psicología se distinguen diferentes tipos de relación madre-hija y, a menudo, podemos identificarlas en consulta: madre sobreprotectora-hija sobreprotegida, madre controladora y dominante-hija sumisa, madre chantajista-hija protectora y culpabilizada, pero la más toxica de todas, se produce entre una madre narcisista y seductora y una hija “patito feo”.
¿Por qué es la más perjudicial?
Es un modelo de madre que busca llamar la atención de forma permanente a su alrededor: del padre, de los amigos de su hija, incluso de su novio.
Es una generadora de rivalidad y se empeña en ser superior a su hija en todos los aspectos.
Esto convierte a la hija en una mujer con baja autoestima, a la que no le gustará llamar la atención, ni siquiera en su aspecto femenino
Otro tipo de comportamiento en una madre narcisista es el papel que juega para ella el éxito de la hija, su reconocimiento dependerá de lo que hace, no de quién es, porque su gran obsesión es que la hija esté al nivel más alto: excelentes notas, ganadora de torneos, que entre en la mejor universidad…todo ello para que pueda presumir delante de los demás, para que puedan ver su excelencia como madre.
Si no lo consigue, se puede sentir profundamente avergonzada e incluso, manifestar ataques de rabia y furia contra la hija. Si esta última toma decisiones sin contar con ella, no le prestará ningún apoyo ni empatía.
Esto provoca sentimientos de inseguridad muy grandes en la hija. Aprende a no esperar apoyo y a la larga, le genera ansiedad en su vida adulta. Es, por tanto, una relación confusa y dañina.
Soy hija y en un futuro quiero ser madre ¿Que hago para no reproducir este modelo?
Sabemos que no hay una universidad donde te enseñen a ser padres y aunque tener un hijo es importante, el hecho de tener una niña lo es más todavía para la mujer.
Cuando la relación madre-hija no funciona bien, la niña, de adulta, desea no reproducir el mismo patrón con sus hijos. Incluso este hecho, puede producir cierta ansiedad en la nueva madre, quizá por el miedo de no estar a la altura.
Rivalidad, conflictos, intrusión y sobreprotección son las características de una mala relación materno-filial. Entonces, ¿cómo puedes evitar reproducir estos patrones?
1- Comunícate: como en toda relación, saber expresar los malestares entre madre e hija es vital. Hacer balance sobre el comportamiento y palabras y, poder entender los argumentos de cada una de vosotras.
Aprende a expresarte de una forma correcta. Tampoco te inquiete si necesitas pedir ayuda a tu padre o a tu pareja y expresarle tus miedos e inseguridades.
2- Infórmate: si quieres otros modelos de educación diferentes a los que has recibido, consulta a profesionales, libros, amigos y otros familiares; de esa manera podrás descubrir nuevas técnicas alternativas. Quizá puedas elaborar un método propio recopilando consejos y herramientas diferentes.
3- Crea tu propio modelo: si no quieres “convertirte en tu propia madre” busca otros referentes, otros modelos que conozcas y que te gusten, que sean más fáciles y agradables. Confía siempre en tu sentido común.
4- Consulta si es necesario: nunca dudes en consultar con un/a profesional de la psicología si ves que los conflictos siguen afectándote de manera dolorosa y persistentemente. Si el diálogo con tu madre es inútil y eso te impide, a su vez, mantener una relación saludable con tu propia hija, la terapia psicológica puede ayudarte y transformar positivamente tu presente y tu futuro.
Lo importante es que, al intentar reparar la relación no caigas en otro exceso hacia el lado contrario, y para ello la psicoterapia puede ser la solución.
La terapia Sistémica y las Constelaciones Familiares ofrecen recursos poderosos para restaurar el equilibrio perdido.
Me observo y reflexiono ¿Soy una madre narcisista?
Llegados a este punto del artículo y después de leer hasta aquí, si eres madre y no tienes una buena relación con tu hija/s, quizá te preguntes ¿es posible que sea una madre narcisista?
El hecho de que te hagas la pregunta es importante, porque denota el interés de mejorar esa relación, por eso, sé sincera contigo misma, nadie más está dentro de ti juzgándote ni culpándote de nada, sigue leyendo y sé honesta.
Sé que no lo haces a propósito y que quieres lo mejor para tu hija, sólo sigues patrones quizá aprendidos en tu niñez. Si te ves reflejada en lo que viene a continuación ¡ENHORABUENA! significa que estás tomando conciencia de tus propias debilidades y flaquezas y ese es el primer paso para tu transformación. No te sientas culpable, actúa para evitarlo y mejorar como persona y madre:
1 TE GUSTA CONTROLARLO TODO: te gusta tener un control completo sobre tus hijos, desde sus amigos hasta su ropa o hábitos y sueles utilizar la culpa como emoción negativa para que tus hijos te obedezcan.
2 SOLO TE CENTRAS EN TI: sueles desviar cualquier conversación para centrarla en ti. Si tus hijos quieren contarte algo, transformas la conversación para volver a hablar de ti.
3 TODO GIRA A TU ALREDEDOR: sientes que eres el miembro más importante de la familia y esperas que te traten como tal. Olvidas ser uno más de la familia y no sueles preguntarles cómo les ha ido el día porque estás centrada en tus asuntos.
4 CUANDO LAS COSAS NO VAN COMO QUIERES TE ENFADAS: posees baja tolerancia a la frustración y puedes perder el control con facilidad si las cosas no van como quieres que vayan. Puedes incluso, echarles la culpa a otros, incluso a tus hijos.
5 TE IMPORTA MUCHO LO QUE LOS DEMÁS PIENSEN DE TI: haces todo lo posible por agradar a las personas porque te importa lo que opinen de ti, sin embargo, sientes que no te importa tanto agradar a tus propios hijos.
6 TUS HIJOS NO RECIBEN TU AMOR: crecen sin haberse nutrido de amor maternal lo que hace que sientan poco apego emocional y mucha confusión.
7 SIENTES QUE LOS DEMÁS TIENEN QUE SERVIRTE y tus hijos harán lo que sea por conseguir un poco de tu afecto, creando importantes desequilibrios en ellos.
8 RIVALIZAS CON TUS HIJOS: te puedes sentir internamente amenazada por tu/s hija/s en belleza, inteligencia, amabilidad, etc. por lo que, en el fondo, lo conviertes todo en una competición.
9 VES DEFECTOS CONSTANTES EN TUS HIJOS: sueles compararlos con los hijos “perfectos” de otros, destruyendo su autoestima y haciéndolos vulnerables.
10 USAS EL AMOR PARA RECOMPENSAR Y PARA CASTIGAR: utilizas el amor como el arma más poderosa para conseguir lo que quieres de tus hijos.
11 GUARDAS RENCOR: el resentimiento te dura mucho tiempo si te sientes menospreciada.
12 NO SIENTES EMPATÍA: te es difícil ponerte en la piel de otro, en las dificultades que puedan tener tus hijos en la vida.
13 DEPENDES EMOCIONALMENTE: no aceptas que tus hijos crezcan y se marchen, quieres que estén contigo el máximo tiempo posible para seguir controlando sus vidas. Esto genera el efecto contrario, marchándose en cuanto pueden.
14 TIENES BAJA AUTOESTIMA: sientes un vacío en tu interior y no deseas mostrar a los demás la poca confianza que tienes en ti misma.
Ahora, si te has visto reflejada en algo, respira profundamente, relájate y no te sientas culpable.
Puede ser el principio de una nueva experiencia para ti. Quizá sea el momento de reflexionar seriamente sobre el tipo de madre que estás ofreciendo a tus hijos, puede que sea oportuno buscar ayuda en un centro especializado y, siempre, con ayuda de psicólogos colegiados, si sientes que te supera la situación.
En Centro Psicogestalt, el cuál dirijo, somos profesionales de la psicología y podemos ofrecerte asesoramiento y herramientas para transformar la relación con tus hijos y para salir de tu zona de confort de una manera adecuada. El amor es primordial en la relación familiar para crear vínculos sólidos y duraderos. De todos modos, sigue leyendo el artículo porque en el siguiente punto te doy pautas que quizá puedan ayudarte.
CONSEJOS FINALES, CÓMO SER UNA BUENA MADRE
Ser madre es una experiencia maravillosa y lo digo con conocimiento de causa, ya que tengo tres maravillosos hijos, ya adultos e independientes y, aunque haya momentos duros, es muy gratificante y magnífico haber podido contribuir dándole la vida a tres seres únicos e irrepetibles.
Ojalá, en determinados y difíciles momentos, hubiese podido tener un manual de instrucciones sobre ser mejor madre, pero la vida no se basa en un folleto explicativo, se compone de creencias, sentimientos, decisiones, roles, apegos, desapegos, memorias familiares y un sinfín de vivencias que en algunos momentos pueden llegar a superarte.
Por mi experiencia como madre y psicóloga, te ofrezco a continuación una serie de consejos que, quizá, puedan ayudarte en tu rol de madre.
NUNCA PRETENDAS SER UNA MADRE PERFECTA
porque no lo serás, pues no existe la perfección, y en el esfuerzo se te irá la vida y tu felicidad. Simplemente, intenta ser una buena madre, lo mejor que sepas:
1- ¡DISFRUTA DE LA MATERNIDAD! Siéntete feliz de este regalo que la vida te ofrece, aunque haya momentos complicados. El amor hacia un hijo y el amor que surge cuando se crea una familia, es indescriptible.
2- BUSCA TIEMPO PARA TI: Es totalmente necesario que busques un hueco para ti misma de vez en cuando. Ya sé que un niño puede ocuparte las veinticuatro horas del día, pero si quieres estar bien y ayudar realmente a tu hijo dedícate a ti misma un rato cada día. Te ayudará a no saturarte.
3-ENSÉÑALE A RESOLVER CONFLICTOS: permite que desarrolle su capacidad cognitiva superior y su inteligencia, resolviendo determinadas situaciones por sí mismo. Si se lo das todo hecho, de adulto tendrá un nivel bajo de frustración cuando las cosas no vayan bien.
4-DESARROLLA SU INTELIGENCIA EMOCIONAL: esto le ayudará en su bienestar psicológico de adulto. Enséñale a distinguir sus emociones, permítele expresarlas libremente y que las pueda ir gestionando conforme vaya creciendo. Ayúdale a que no las reprima. Realiza una escucha activa y una observación de su estado emocional y ayúdale a que comprenda cómo se siente y sepa verbalizarlo.
5-¿QUÉ ESTILO PARENTAL TIENES? Hay cuatro formas de relacionarte con tus hijos: democrático, autoritario, permisivo e indiferente. El primero de ellos es el más sano y se basa en el respeto y la comunicación entre los miembros de la familia.
6-EVITA LA DISCIPLINA EXTREMA: no es bueno para tus hijos y, bajo ningún concepto les pegues. Los niños que son golpeados o abofeteados son propensos a pelearse con otros niños y a desarrollar personalidades negativas. Una cosa es el orden y otra la disciplina férrea.
7-NO LO MALCRÍES: evita hacer regalos cuando no toca, reforzar conductas negativas o ceder ante sus berrinches. Criar hijos malcriados potencia la baja tolerancia a la frustración y tiene efectos negativos para su bienestar. Poner límites es básico para el niño, además, inconscientemente entiende que al ponerlos le importas y te ocupas de él/ella. Marca normas, porque vivimos en una sociedad que las tiene y esto le ayudará a ser un adulto responsable en el futuro.
8-DESARROLLA SU AUTONOMÍA: ser una madre sobreprotectora no es nada beneficioso, muy al contrario, así que permite que se desarrolle en plenitud.
9- NO DISCUTAS CON TU PAREJA DELANTE DEL NIÑO: ellos aprenden por imitación, si discutís delante de él/ella, le estás enviando un mensaje negativo y un modelo de conducta poco adecuado para el futuro.
10-TEN PACIENCIA: ya sé que a veces es complicado y que en algunos momentos todo te sobrepasa, pero has de mantener la calma y ser paciente. No lo pagues con tu hijo. Explícale las cosas, si se ha portado inadecuadamente, dile por qué y comparte la carga con tu pareja, repartiros las tareas.
11- ADÁPTATE A SU EDAD: sé consciente de cuántos años tiene y de que es normal que te saque de quicio alguna vez. La adulta eres tú, por lo que tú eres la que tiene que adaptarse a su proceso de desarrollo. Si, por ejemplo, está en la fase “no” a todo, ten en cuenta que esa es su forma de generar independencia. Y así, con todas las etapas de su vida.
12-ENSÉÑALE A COMUNICARSE: que sienta que pueda contártelo todo sin juicios ni consejos a destiempo. Esto genera confianza e incrementará el lazo efectivo entre vosotros. Hazlo diariamente, que confíe en que puede mostrarte sus miedos e inquietudes.
Resumen: Relación madre - hija
Ser madre conlleva mucha responsabilidad, la más grande de todas es cuidarte, conocerte y saber cuáles son tus fortalezas y debilidades, los patrones heredados a nivel familiar y tu sistema de creencias. Nunca es tarde para empezar a interesarte por tu bienestar emocional y mental. Sobre todo si tu relación con tu madre no es todo lo fluida que te gustaría o necesitas, observa cómo es la tuya con tu hija, pues suele ocurrir que se repiten los mismos patrones en las diferentes generaciones de las familias.
Tu mejoría es la mejoría de toda la familia. Nadie puede dar y ofrecer algo de lo que ha carecido. Por eso tu responsabilidad como madre es nutrirte tú, sanar tú, para poder ofrecer a tus hijos la mejor versión que puedas conseguir como madre.
Actualmente hay muchas técnicas y herramientas a tu disposición para ayudarte y ayudar a la familia.
Las Constelaciones familiares y la Terapia Familiar son altamente efectivas para sanar conflictos generacionales, roles mal establecidos, traumas ocultos, secretos, pérdidas no aceptadas, etc.
Quiero contarte que, en mi Centro Psicogestalt , reconocido como centro sanitario en el registro de la Comun. Valenciana, realizamos una vez al mes talleres presenciales de Constelaciones Familiares y también está la posibilidad de realizar terapia psicológica online, así como cursos en los que ofrezco a los alumnos técnicas para mejoran su bienestar emocional. Me encantaría poder ayudarte, tan solo escríbeme y te asesoraré en lo que necesites.
Y no olvides dejarme tu comentario sobre este artículo. Gracias!
Maria Lopez
hola muy bueno, soy una mamá de 5 hijos los 3 que ahora son mayores perdieron a su papá cuando eran muy chicos,creo que quise sobreprotegerlos pero al ir entrando en la adolecensia los varones se pusieron rebeldes pero muy apegado, mi hija mujer una linda coneccion madre e hija siempre acompañandola y ella confiando, despues de 13 años volvi a ser mamá una nena que hoy tiene 9 años y la otra 7 vivo para darles lo mejor poniendo limites y ayudandolas a confiar siempre presente en temas escolares y acompañandolas en sus actividades, hablandoles mucho para que confien, la de 9 la lleve sicologa ya que sufria discriminacion de sus compañeras, asi ella podia formar su personalidad,seguro cometo muchos errores pero tengo la sagtisfaccion que los 3 grandes me buscan y son muy mameros al igual que las chiquitas, trato de crearles sus espacios con sus amigas y despegarlas unas horas. Me gustaria tener sus consejos,muchas gracias
saluda atte Maria
Fina Esclapez
Hola María, gracias por compartir tu experiencia.
Mi sensación es que lo estás haciendo muy bien con tus hijos.
Los mayores tuvieron la desgracia de perder a su papá, pero creo que lo has sabido hacer bien para que no se quedaran en el trauma de la pérdida.
Eres una mamá que está ahí, disponible pero sin invadir su espacio, sino respetando y acompañando.
No pretendas ser perfecta, eso es demasiado peso. Permítete equivocarte.
Lo estás haciendo bien. Tranquila.
Y confía en ellos.
Un abrazo!